Según la leyenda romana, Bélides era una bella dríade que habitaba los bosques y sin querer atrajo la atención de Vertumno, deidad romana de los huertos. Así que para escapar de esa divinidad, la ninfa suplicó a los dioses que le ayudará y, por tanto, fue convertida en una hermosa margarita, logrando escabullirse del perseguidor.
No es la única leyenda a esta flor, según un cuento, las margaritas encarnan los espíritus de los niños muertos al nacer. De tal modo, que fueron concebidas por los dioses para brindar apoyo a los desventurados progenitores.
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